Petro Desorbitado




 BLANCO Y NEGRO

Por Gabriel Ortiz 

El mundo entero está en vilo ante la tercera Guerra mundial de los aranceles que declaro el presidente norteamericano. El nerviosismo se ha apoderado de todos los países, que buscan afanosamente escapar a la hecatombe que se le viene a la humanidad. 

Gobernantes, sectores productivos y pobladores mantienen reuniones de emergencia desde el momento en que Trump anunció la contienda arancelaria. 

Buscan fórmulas que atenúen lo que se viene, con la inflación y recesión universales.

Colombia, entre tanto, está en otra dimensión, en “modo Petro”, que significa ausencia de realidad, seguridad, racionalidad y gobernabilidad. Solamente hasta el lunes 7, se le ocurrió a la canciller reunir al sector privado, a los gremios y a la gente pensante, para entender los problemas. 

El presidente solo pensaba en defender al “tren de aragua”, integrado por lo más brutal del crimen que se conozca. A esa transnacional la calificó como amiga y conformada por jóvenes que necesitan es compresión y amor. 

Contrasta esta magnanimidad con el tratamiento y los calificativos deshonrosos, que con odio, inquina e injuria aplica a grupos y dirigentes colombianos, -de centro y derecha- que se apartan de sus ideas: son los oligarcas, dueños del dinero, ricos asesinos, vampiros, etc. etc. Así siembra miedo y busca incendiar a Colombia.

Este lunes 7, como se ha vuelto ya costumbre, asaltó los medios de comunicación, a los que tanto odia, para dirigirse al país durante sus consejos de ministros.

Se pensó que con un instante de sensatez, entraría a ocuparse de la crisis en que se encuentra el mundo. Para nada tocó el tema: se dedicó, como siempre a fustigar, criticar y acosar a propios y extraños.

Empezó, condenando la corrupción de cuanto gobierno anterior recordó. Ni una palabra de los desbarajustes, despilfarros y corruptelas cometidas durante los larguísimos meses de su gobierno. Olvidó los carrotanques, los millones de contratos, negociados y saqueos al fisco. 

Quiso minimizar el nepotismo que se registra en el sector salud con la llave “Jaramillo-Gómez”. No tocó del festín con los dineros, asalto a la atención, latrocinio de medicamentos, cierre de hospitales, salud para los maestros y los millones de colombianos que a diario bordean los predios de la muerte. Nada sobre el millonario negocio del buque hospital de Leticia. 

Amnesia total de los nepotismos que refuerzan su “cambio” y su gobierno.

Vaciadas y más vaciadas durante su deshilvanada perorata. Al presidente de Ecopetrol, por no importar gas, olvidando la perentoria orden que él, le impartió de suspender exploración y explotación de hidrocarburos.

Pero eso sí: recordando su “último y productivo viaje a Panamá”, ordenó al presidente de la empresa de la débil iguana, importar gas, utilizando para ello “los cables de la energía eléctrica que existen entre ambos países”. Ideas como estas tiene por montones para alcanzar ese cambio, esa paz total y todo lo que promete es sus sueños de pulgar.

NEGRO: Increíble: el mundo entero al borde del cataclismo económico y Colombia, sin ministro de Comercio Exterior. 

NEGRO: Las acusaciones de Petro a las agencias de vigilancia de usar sus armas para grupos paramilitares. Olvida cuando él con el M19, asaltaron el Cantón Norte.

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