Caos en la salud colombiana




 BLANCO Y NEGRO

Por Gabriel Ortiz 

Nadie llegó a pensar que la salud cayera en semejante desconcierto, anarquía, caos y vorágine, como ha descendido durante el actual gobierno. Nunca tantos millones de habitantes se habían sentido tan amenazados de muerte, ante la corrupción, desorden y malquerencia de quienes manejan la medicina y la salubridad.

Colombia ha sufrido muchos años de angustias económicas y sociales, más nunca le habían arrebatado a su pueblo los servicios médicos y hospitalarios.

Esa tarde cuando Petro ingresó a la Casa de Nariño, con la espada del Libertador en sus manos, empezó la confusión. En instantes unos, y más tarde otros, fueron desalentándose y avergonzándose de haber depositado el voto por quienes iban a redimirlos y traerles el pregonado cambio. 

La salud fue el primer azote con el que se ha castigado al pueblo; a esas clases media, deprimidas y altas, el golpe empezó a aplicarse cuando se inició el mandato Petro, quien hábilmente se ha escondido tras el espejo retrovisor de sus antecesores. Su gestión nunca arrancó, ni trajo remedio alguno para esos compatriotas a los quiere seguir utilizando, con interminables e incomprensibles peroratas, para reelegirse, o prolongar su proyecto de gobierno.

Este pueblo requiere una salud eficaz, segura y oportuna, como la que recibía durante los gobiernos anteriores. Duque, a pesar de la pandemia y las duras críticas, al igual que los otros mandatarios, atendieron con oportunidad y calidad todos los servicios medicinales. Nunca se veían interminables colas buscando la dispensación de medicamentos o ingreso a clínicas, hospitales y farmacias. Las enfermedades huérfanas, recibían atención oportuna.

Eso dejó de existir cuando Petro quiso dizque “reformar la salud”, echando mano a las EPS y demás entidades acusándolas de incompetencia. Les aplicó estatus oficial, las marchitó y fue ahí cuando arrancó la corrupción e inutilidad. Los dineros que el Estado debía aportar a las otras entidades del sistema de salud desaparecieron, como por encanto. Ya no hay atención médica oportuna y confiable. Los médicos y enfermeras no reciben sus salarios y oportunamente. El presidente y su flamante titular de salud, se burlan olímpicamente de las Cortes cuando les ordena entregar los aportes que deben pagar a la salud.

Ahora, según el consejo de ministros del lunes, anuncia compra de marihuana y coca, cultivos de cacao, otros productos y construcción de vías para combatir la guerra que se vive en el Catatumbo. También, mostrando fotos de cuatro desvencijadas edificaciones recién pintadas, anuncia un “abombado” programa de salud, que parece otra gran improvisación. 

Todo esto para controlar la inseguridad que invade al país y amenaza con extenderse día a día, mientras Petro se pasea en el avión presidencial, gastando millones con sus invitados.     

Entre tanto el flamante ministro de salud, vuelve a zapatear a este pueblo, “condenando a muerte” a la niñez y sus progenitoras, para quienes elimina clínicas, hospitales y centros de atención materno infantil.   

Somos un país enfermo y agonizando, por culpa de unos gobernantes que se ocupan de engañar a una población, a la que a base de mentiras quieren sacar a votar en el 26.

BLANCO: La caída del desempleo en enero, obedece al incremento de la informalidad, mientras nada se hace para una reactivación económica. 

NEGRO: Increíble que el presidente Petro pretenda crear el departamento del Magdalena Medio, para combatir la inseguridad en esa zona. ¿Será que quiere crear otro Catatumbo? 



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