La velocidad de la luz 300.000 kilómetros por segundo es equivalente a darle seis vueltas y media a la Tierra en un parpadeo, así las cosas llegar a la Luna sería equivalente a abrir y cerrar los ojos una vez, a Marte, parpadear durante tres minutos, al Sol durante ocho y a medida que encontramos sitios más distantes nos damos cuenta de que a pesar de lo asombrosa que es la velocidad de la luz, es muy lenta para viajar en el espacio. Por esta razón el científico mexicano Miguel Alcuberre propuso en 1994 una alternativa para viajar más rápido doblando el espacio, este es el principio de los motores de curvatura que permitirían llegar a lugares muy lejanos ubicados a distancias increíbles en muy poco tiempo. Es el mismo principio de una hoja en que tenemos un punto en la parte superior y otro en la inferior, llegar de un a otro implica trazar una linea que hace ese recorrido entre el uno y el otro, pero si la hoja es doblada es más fácil pasar de un punto al otro. Lo que hace un motor de curvatura es contraer el espacio y lanzarlo hacia atrás, muy parecido a un surfista en su tabla sobre las olas del mar. Llegar a la estrella más cercana, Próxima Centauri, si pudiéramos ir a la velocidad de la luz nos llevaría 4.1 años, pero en un motor de curvatura ese recorrido podríamos hacerlo en un día. El problema es que una nave así requiere tanta energía como la que produce un planeta, las potencias desarrollan proyectos para crear motores de curvatura, pero son secretos, por lo que conocemos poco de estos adelantos. (Imagen tomada de El Confidencial).
