Las guerras se sabe cómo empiezan pero no como terminan, en 2004 Colombia inició labores de desminado humanitario acorde con el tratado de Ottawa, de acuerdo con el último balance el pasado 31 de octubre, se han destruido 9105 minas antipersonales liberando un área superior a los 13 millones de metros cuadrados. Este enorme esfuerzo aún está muy lejos de poner fin a estas graves secuelas del conflicto, primero porque quedan áreas gigantes del territorio por desminar y segundo porque hay 56 grupos armados ilegales operando en casi 300 municipios donde siembran nuevas minas. El horror causado por esta cobarde táctica de guerra deja centenares de miles de personas, incluidos niños, con graves mutilaciones, esto sin contar los que mueren por estos artefactos. Un 45 % de los uniformados que aparecen en mi libro "EL CAMINO ES NO RENDIRSE Historias de valientes para valientes" fueron víctimas de esta macabra estrategia de guerra. La imagen fue tomada en 2019 en Florencia, Caldas. Me acompañan de izquierda a derecha un oficial de desminado humanitario, el Director de una organización ambiental, me sigue un campesino de la región con sus tres mulas y mi compañero de cámara. La fauna es otra de las víctimas de la que poco se habla. Este lugar es uno de los territorios libres de minas.
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